CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y DOCUMENTACIÓN FESTIVAL DE MÉRIDA

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martes, 6 de septiembre de 2011

Murió Carlos Ballesteros, el actor que más veces ha participado (1956-1997) en el Festival

Aragonés de nacimiento (Zaragoza, 31-12-1935) y madrileño de adopción, el actor, director, escritor y pintor Carlos Ballesteros falleció en el hospital de Móstoles el pasado 4 de septiembre. Tenía 75 años y, hasta que hace mes y medio se le diagnosticó cáncer de hígado, se mostraba como un artista vigoroso y muy activo después de más de 50 años relacionado con los escenarios.
Para Mérida y su Festival, Carlos Ballesteros ha sido un actor importantísimo. Dos circunstancias lo avalan: su incontestable calidad dramática y su asidua presencia en el teatro y en el anfiteatro romanos de Mérida. Tan asidua y dilatada en el tiempo resultó su participación que Ballesteros ha pasado a la historia de esta muestra como el actor que en más ocasiones has actuado en ella: diez veces desde 1956 hasta 1997. Es decir, una de las presencias más extensas en el Festival.
Él estuvo allí: ‘Edipo’, 1956; ‘La orestiada’, 1959; ‘La orestiada’, 1960; ‘Edipo’, 1960; ‘Numancia’, 1961; ´Calígula’, 1963; ‘La orestiada’, 1975; ‘Medea’, 1979; ‘El príncipe constante’, 1988; y ‘Las bacantes’, 1997.
La última entrevista amplia que concedió el actor fue realizada por el periodista Javier Álvarez Amaro por encargo de este Centro de Investigación y Documentación, y con destino a ser incluida en el libro 'Testimonios', que todavía se encuentra a la espera de ser publicado. A ella pertenece la fotografía que acompaña a este texto. Se trata, pues, de una entrevista aún inédita, en la que Ballesteros habla casi exclusivamente del Festival de Mérida y de sus experiencias y recuerdos sobre él. Por su valía histórica y por su actualidad, reproducimos algunas de las opiniones del actor y director expresadas entonces:


"Gracias a las representaciones de José Tamayo, que tuvieron tanto éxito, el Festival de Mérida empezó a tomar cuerpo y la gente empezó a concienciarse -los ayuntamientos, las diputaciones…- de que aquello se podía explotar, cuidar, que se podían hacer más cosas. Puede que fuese un grano pequeño, pero un grano que sirvió para activar el interés por ese coliseo."

"El montaje de ‘Numancia’, en 1961, sí que era un espectáculo. La gente hablaba mucho del ‘Julio César’, pero lo de ‘Numancia’ fue impresionante, ahí echó Tamayo todo, juntó a las dos compañías, la de zarzuela para meter los coros, y era un espectáculo, que de verdad eso sí que era Cinemascope."

"En la 'Medea' que protagonizó Nuria Espert en 1979 me pasó una cosa que no me divirtió nada. Se pidieron micrófonos de refuerzo, y a mí no me gustó, porque allí siempre se hizo a voz, Tamayo nunca puso micrófonos, y yo dije que cómo se podía hacer a estas alturas, con Nuria, que emitía bien la voz. Pero los pusieron."

"En mi vida, cuando más he disfrutado es en los años 60 y 70, cuando hice todo lo que tenía que hacer. No daba más de mí, hacía escenografías, escritos, café teatro… hasta que me dio una embolia pulmonar porque había tenido un trabajo excesivo. Mis años punta son los 60-70."

A propósito de su última función en Mérida (‘Las bacantes’, en 1997), Ballesteros declaró: "No me gustó. Fue de esas cosas que estás sin hacer nada y te llama Eusebio Lázaro -un chico con mucha intención-, con Manuel Bandera como protagonista. A Bandera hubo que ayudarle, porque se desenvolvía bien, pero no para hacer esa función. Trabajé muy a disgusto. No me divertí nada en esa función."

Por último, Javier Álvarez preguntó a Ballesteros:

- Usted ha visto evolucionar el Festival de Mérida durante más de 30 años. ¿Cómo ha cambiado?


Y el actor ofreció una muy personal opinión con esta respuesta tajante:

- Pues muy mal, lo confieso realmente. No voy porque no sé si se me tachará de carca, pero lo siento mucho, pero tener eso (el Teatro Romano) es para hacer las funciones como hay que hacerlas, aprovechando las piedras y las circunstancias que tiene ese teatro. Cuando me contaron que un niño salió en una grúa dije que no volvía a Mérida nunca más. ¿Cómo vas a poner en un decorado una grúa en el Teatro Romano de Mérida? Es que no me cabe en la cabeza, y como han estado continuamente haciendo esas barbaridades, con funciones vestidos de alemanes mezclados con trajes de romanos… dije que no iba más a Mérida. Creo que una función de griegos es para hacerla vestidos de griegos y de romanos, y vestidos de romanos no puedes sacar una grúa, y si sacas romanos sacas legiones romanas, que para eso tienes espacio, todo eso es visual, es estético. Las cosas que hacía Tamayo para mí eran un esfuerzo enorme.