Así pues, en 1982 el de Mérida despidió a quien durante las últimas cinco ediciones había sido el coordinador y comisario de la muestra, Francisco Fernández, en nombre del Ministerio de Cultura y en representación de Festivales de España. En declaraciones realizadas al periódico Hoy de Badajoz [ver recorte de prensa junto a estas líneas], Fernández se atrevió a aventurar lo que sucedería a partir de 1983: "Si el Ayuntamiento de Mérida, la Diputación de Badajoz y la Junta de Extremadura aportan el dinero necesario, pueden organizar ellos el Festival de Mérida". Eso es lo que, a grandes rasgos, sucedió a partir de 1984.
La edición del Festival de Mérida en 1982 tuvo lugar tres meses antes de llegar el PSOE al poder, y fue la última de Francisco Fernández. El comisario de la muestra se despidió recordando que "el principal problema del Teatro Romano son las gradas, que cada día se encuentran más deterioradas". Agregó: "Solucionarlo es un problema ministerial, no mío". Dos meses más tarde se marchó de Mérida para siempre.
Aquel año, las entradas costaron lo mismo que en 1981: 600, 400 y 150 pesetas.
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